Los Bravos – «Dame un poco de amor» (animación, 1968)

Hay contadas veces en las que, sentado en el sofá y viendo ese mal menor llamado televisión, uno da un respingo inesperado y se queda pegado a la pantalla. Es lo que me ocurrió este pasado día de Reyes cuando ví, en el telediario de TVE1,el clip final de la película «Dame un poco de Amor» protagonizada por Los Bravos en 1968. La noticia se centraba en la figura de Francisco Macián, creador de los célebres dibujos de «Vamos a la cama» (que un servidor seguía y acataba fielmente en su época), quien era precisamente el autor de los preciosos dibujos animados que estaba viendo en pantalla y que presentaban a Los Bravos como los primeros héroes de cómic  hispanos que aparecían en el cine, según afirma Alfonso Merelo en un interesante artículo sobre el cine de ciencia-ficción en España.

«Dame un poco de Amor» se estrenó en 1968 y presenta una historia a medio camino entre la ciencia ficción y las pelis de fantasía: Mike Kennedy, el vocalista de Los Bravos,  se sumerge en un mundo irreal inducido por su afición a los cómics y él y su grupo se enfrentan a un doble del malvado Fu-Manchu que mantiene secuestrada a la belleza de turno a la vez que  se ha apoderado de un valioso botín. El guión y la película  no pasan de la mera anécdota, si bien sirvieron en su época para promocionar el segundo disco del grupo liderado por Mike Kennedy que, influenciado en cierta medida por el soul y abanderado por una bonita versión del «Bring a little lovin´» de los Easybeats (precisamente el tema que sirve de fondo sonoro al clip en cuestión), no llegó a los niveles de éxito comercial ni acierto musical del «Black is Black» que, no lo olvidemos, llegó al número 2 de las listas inglesas y al 4 en las americanas

Podéis ver los dos clips en nuestro álbum de vídeos (no os los perdáis!).Los dibujos de Macián son estupendos, integrados en la película gracias a un sistema inventado por él mismo y que patentó como technofantasy…y desde luego que no parecen estar realizados hace más de cuarenta años. A veces, uno no se arrepiente de haber visto el telediario.
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